Crea un fondo de emergencia
Si se presenta una necesidad, ¿estarás preparado financieramente? Considera estos consejos para abrir un fondo de emergencia.
Crear un fondo de emergencia puede ser más fácil de lo que crees. Aquí encontrarás algunas formas de ahorrar y estar preparado en caso de que se produzca un desastre financiero.
¿Qué es un fondo de emergencia?
Fondo de emergencia es otro término que se utiliza en referencia al dinero reservado para gastos inesperados. Se recomienda tener fácil acceso al mismo, de tal manera que no tengas que utilizar tu crédito de surgir una necesidad.
¿Por qué necesito tener un fondo de emergencia?
Nadie puede predecir el futuro, ni mucho menos saber cuándo surgirá una emergencia. Estar preparado con un fondo de emergencia podría ayudar a cubrir gastos inesperados. Esos gastos podrían incluir:
- emergencias o gastos médicos
- pérdida del trabajo
- un calentador de agua que reviente o
- un calentador averiado en época de invierno
¿Cuál es una buena cantidad para el fondo de emergencia?
La cantidad que necesites dependerá de tus circunstancias. Pero, generalmente, se recomienda ahorrar lo suficiente para cubrir de tres a seis meses de gastos. Y no entres en pánico si no puedes ahorrar esa cantidad inmediatamente. Empieza con algo pequeño, ¡pero empieza! Hasta $500 pueden ayudar con el pago de una pequeña factura. Luego determina cuánto puedes ahorrar cada mes para hacer crecer el fondo.
Dónde debes guardar tu fondo de emergencia
No es una inversión, así que no lo guardes en un lugar donde no puedas tener acceso inmediato al mismo. Es necesario que tengas fácil y rápido acceso a tu dinero. Puedes guardarlo en una cuenta de cheques o una cuenta del mercado monetario que te permita emitir cheques o utilizar una tarjeta de débito. Sin embargo, no quieres mezclarlo con tus cuentas diarias. Debería estar en una cuenta totalmente aparte, tal vez hasta en un banco diferente.
Cómo abrir un fondo de emergencia
Calcula cuánto necesitas ahorrar. El uso de una calculadora de ahorros puede ser útil para determinar cuánto debería ser esa cantidad.
Establecer un presupuesto mensual te permitirá ver cuánto dinero entra y sale y cuánto puedes depositar en tu fondo de emergencia. Entonces, comprométete a ahorrar esa cantidad cada mes. Y, de ser posible, haz que se transfiera automáticamente esa cantidad a tu cuenta designada. Como dicen por ahí, ojos que no ven, corazón que no siente.
Otras cantidades con las que podrías contribuir a la cuenta:
- Ahorra el cambio que recibas al pagar en efectivo. Cada vez que recibas cambio por un billete de $20, guárdalo en un frasco. Si tienes el bolsillo lleno de monedas, ponlas también en el frasco. Una vez lleno, transfiere el dinero a tu fondo de emergencia.
- ¿Vas a recibir un reembolso de impuestos? Si esperas recibir un reembolso de impuestos, haz que se deposite automáticamente en la cuenta de tu fondo de emergencia.
- Elimina gastos innecesarios y deposita después el dinero extra en tu fondo de emergencia. Tal vez tengas una suscripción a una revista o a un servicio de streaming de la que puedas prescindir. O, quizá debas explorar la posibilidad de hacer reducciones en cuanto a las facturas de cable o de teléfono para ver si así puedes ahorrarte un dinero extra. Como es dinero que ya has estado gastando, es menos probable que que te haga falta y será más fácil enviarlo mejor a tu cuenta de ahorros.
- Revisa las categorías de gastos, incluyendo las salidas a cenar, el hábito de comprarte el cafecito de costumbre y demás imprevistos. ¿Puedes recortar algunas cosas y agregar ese dinero a tu fondo de emergencia?
- Tal vez tengas algo en casa que puedas vender y agregar así las ganancias a tu fondo.
Y asegúrate de evaluar regularmente cuánto estás ahorrando. ¿Recibiste un aumento de sueldo? ¿Por qué no asignar ese aumento a tu fondo de emergencia? ¿Saldaste una deuda? Continúa apartando esa cantidad como si estuvieras "haciendo el pago,"pero depositándola ahora a tu fondo de emergencia.
Pon en práctica lo aprendido
Es posible que te resulte fácil calcular los gastos cuando todo vaya bien. Pero no es hasta que tu presupuesto está realmente apretado que puedes comprender fácilmente la diferencia entre necesidades y deseos. Si una emergencia te obligó a recurrir a tus fondos, ¿comprendiste la diferencia entre lo que realmente necesitabas y lo que deseabas? Y asegúrate de evaluar y comprender qué te funcionó y qué no. ¿Tuviste fácil acceso a tu dinero? ¿Fue suficiente la cantidad con la cantidad que habías ahorrado? ¿Tuviste que utilizar tarjetas de crédito para cubrir la diferencia?
No te demores en ahorrar nuevamente
Y si has tenido que usar tu fondo de emergencia, asegúrate de empezar a restaurarlo. ¿Tenías suficiente para cubrir los gastos? ¿Necesitas ahorrar más? Reevalúa la situación. Sigue planeando, sigue ahorrando, sigue encontrando formas únicas de añadir dinero a la cuenta. Puede que consideres la opción de tomar un trabajo secundario a corto plazo —como un trabajo de temporada o de un día durante el fin de semana— que te ayude a incrementar tu fondo de emergencia.
Puede que te tome un tiempo alcanzar tu objetivo final de ahorro. Pero recuerda: al final, habrá valido la pena.