La primera latina en graduarse del programa de perros para la investigación de incendios provocados ayuda a descubrir la verdad sobre los incendios sospechosos
Desde su inicio, el programa de perros para la investigación de incendios provocados de State Farm®, ha movilizado a más de 435 perros y sus socios en 46 estados, el Distrito de Columbia y tres provincias canadienses.
Maggie Greene, investigadora de incendios para el Departamento de Bomberos de Chula Vista, es la primera latina en graduarse del programa de perros para la investigación de incendios provocados de State Farm. La investigadora Greene, junto con su compañera canina, Hannah, ayudan a investigar incendios para proteger a su comunidad. Su trabajo, tras un incendio, es encontrar evidencia de que se trató de un incendio provocado. Hannah está especialmente capacitada para olfatear líquidos inflamables que pudieran haber sido utilizados para provocar un incendio de forma intencional y para guiar a la investigadora Greene hasta donde estén ubicados.
Es un trabajo importante. Según la National Fire Protection Association, se estima que 261,000 incendios se originan intencionalmente cada año en edificios residenciales de los Estados Unidos, resultando en aproximadamente 440 muertes, 1,300 lesiones y mil millones de dólares en daños a la propiedad.
Entre la investigación de incendios provocados en el trabajo y el tiempo que pasa siendo un perro normal en su hogar, Hannah juega un papel importante en todos los aspectos de la vida de Maggie. A la investigadora Greene le emociona trabajar junto a K9 Hannah para poner en práctica su entrenamiento en la comunidad.
Programa de perros para la investigación de incendios provocados de State Farm
El programa de perros para la investigación de incendios provocados de State Farm ha otorgado fondos para la adquisición y el entrenamiento de más de 435 equipos por todos los Estados Unidos y Canadá. Cada año se pierden miles de millones de dólares en propiedad y cientos de vidas como consecuencia de incendios provocados intencionadamente. Los perros detectores de acelerantes, conocidos como perros para la investigación de incendios provocados, son entrenados para olfatear rastros mínimos de acelerantes (gasolina, líquido para encendedores, etc.) que pudieron haber sido utilizados para comenzar un incendio. Ellos viven y se jubilan finalmente en los hogares de sus adiestradores humanos, quienes son bomberos o profesionales del orden público.
Todos los perros que se eligen para el programa de perros para la investigación de incendios provocados de State Farm son perros labradores, o mezcla de labrador, que se adquieren a través de un programa de cooperación con organizaciones de perros guía y de asistencia para personas con discapacidad (así como también a través de refugios locales para animales y sociedades protectoras de animales). Debido a su alto nivel de energía y efusividad social, estos perros son cambiados de profesión, de prestar servicio de asistencia para personas con discapacidad a la lucha contra el crimen.
Cómo hacen su trabajo los perros para la investigación de incendios provocados
El trabajo de los Caninos Detectores de Acelerantes (ADC, por sus siglas en inglés) es ayudar a confirmar o descartar la posibilidad de un incendio provocado, permitiendo que prosigan los procesos de reclamos de seguros. Los caninos tienen capacidades que los humanos no pueden duplicar y, a menudo, ni siquiera comprender. En promedio, una nariz de perro es decenas de miles de veces más sensible a los olores que una nariz humana. Los perros pueden detectar algunos olores en partes por trillón y poseen hasta 300 millones de receptores olfativos en sus narices, comparados con aproximadamente seis millones en los humanos). La parte del cerebro de un perro que está dedicada a analizar los olores es, proporcionalmente hablando, 40 veces mayor que la nuestra.
Los perros en el programa de perros para la investigación de incendios provocados de State Farm son entrenados utilizando técnicas pavlovianas. Una respuesta primaria positiva por parte del perro en presencia de un líquido inflamable se indica cuando el can adopta una posición de "sentado". A esto se le llama "alerta pasiva". El beneficio de este tipo de entrenamiento es que el perro se sienta e indica con su nariz el lugar exacto del líquido inflamable, dejando así la evidencia intacta. Esto ayuda a conservar la integridad de la evidencia recopilada. Una vez que el perro alerta de la presencia de un líquido inflamable al sentarse e indicar con la nariz, la respuesta se refuerza con la recompensa de comida y muchos elogios. El entrenamiento de recompensa con comida también significa que el perro solamente come cuando trabaja en la escena del incendio o al completar ejercicios de entrenamiento varias veces al día, todos los días. Ellos solo comen de la mano de su adiestrador, nunca de un tazón.
La alerta canina no comprueba ni desmiente el uso de líquidos inflamables en la comisión de un delito, incendio provocado o fuegos ilegales. Las muestras deben ser recopiladas por un técnico en evidencias capacitado y confirmadas por el laboratorio criminalístico para determinar si contienen líquidos inflamables. Los investigadores de incendios/incendios provocados, los adiestradores caninos y los químicos deben trabajar en conjunto para corroborarse mutuamente a fin de establecer que se ha cometido un delito. El perro es una herramienta para localizar evidencias de manera eficiente y efectiva, pero finalmente está en manos del investigador de incendios provocados reunir la información antes de presentar sus resultados a un fiscal.