La psicología del gasto y por qué es probable que estés gastando demasiado
Intentar comprender cómo gastas tu dinero puede ayudarte a crear mejores hábitos financieros y aumentar tus ahorros.
¿Te has preguntado alguna vez por qué gastas tanto en un par de pantalones que ni siquiera te quedan? ¿O compras un montón de boletos de lotería cuando sabes que tus oportunidades de ganar el premio gordo son casi nulas? No eres el único. La ciencia de las finanzas conductuales, galardonada con el Premio Nobel, ha abordado estas cuestiones durante varias décadas y ayuda a explicar por qué las personas se relacionan con el dinero de la manera en que lo hacen.
En un mundo perfecto, todos resistiríamos el impulso de derrochar y, en cambio, ahorraríamos la cantidad correcta para una jubilación holgada. Llámalo instinto visceral o reglas empíricas: la mayoría de las personas se basa en atajos emocionales para tomar sus decisiones financieras. Estas reglas, según los psicólogos, evolucionaron como atajos cognitivos en el cerebro humano —si piensas en cada movimiento que haces— toma mucho tiempo. Pero en el ámbito financiero, los atajos pueden hacerte ver patrones que no existen y dirigirte hacia información irrelevante.
Al comprender las razones por las que gastamos dinero y cómo muchas de nuestras decisiones financieras son subconscientes, podemos ser más conscientes de las formas de cambiar nuestra forma habitual de hacer las cosas, lo que puede conducir a mejores hábitos de gasto.
Problemas comunes y soluciones sencillas
Problema 1: El futuro está lejano
Para los primeros humanos, las amenazas más acuciantes eran las más inmediatas: asegurarse la comida y mantener alejadas a las bestias depredadoras, no una amenaza potencial muchos años después. El presente es bastante seguro gracias a la modernidad, un suministro abundante de alimentos y bestias que se mantienen alejadas de los centros de población humana. Pero cuando se trata de dinero, seguimos teniendo problemas para hacer juicios prudentes sobre el futuro.
El dinero en un futuro lejano no se considera tanto en comparación con lo que se quiere gastar ahora. Por ejemplo, unas vacaciones el próximo año son mucho más concretas que comprar una vivienda dentro de cinco años o jubilarse en 30 años. Mientras más lejana sea la meta, es más difícil evaluar adecuadamente todos los aspectos relacionados con el ahorro.
La solución: Empieza poco a poco.
Si ahorrar para la jubilación te parece demasiado desalentador, tal vez puedes comenzar con solo el 5% de tu sueldo bruto. Si ganas $30,000, eso equivale a $125 al mes. Luego aumenta la tasa de ahorros un punto porcentual adicional al año, o dirige los aumentos salariales a los ahorros.
Problema 2: El crédito no es "real"
Las personas tienden a gastar más con una tarjeta de crédito que cuando pagan utilizando dinero en efectivo. ¿Por qué? Con el plástico solo sientes el dolor de gastar más adelante, cuando llega la factura. El uso de dinero en efectivo hace que el dolor sea más instantáneo.
La solución: Acostúmbrate a usar efectivo para tus compras diarias.
Considera la posibilidad de utilizar una tarjeta de crédito para artículos de elevado precio, como aparatos electrónicos o electrodomésticos.
Problema 3: El dinero no se traduce en tiempo
La mayoría de las personas saben cuánto dinero ganan cada año. Pero ¿cuántas podrían decir cuánto ganan por hora o día? Relacionar un gasto con el tiempo que te tomó ganar esa cantidad puede ayudarte a ver la decisión desde otra perspectiva. Un sueldo de $65,000 al año ciertamente se escucha mejor que $178 al día. Cuando nos enfrentamos a decisiones de gasto cotidianas, las compras impulsivas como 3,50 dólares por una taza de café o 65 dólares por una prenda de vestir nueva parecen cantidades mayores frente a los 178 dólares diarios.
Además, vamos a ilustrar cómo el dinero ahorrado de la prenda de vestir de $65 podría crecer a lo largo de los años. Si ahorras esos $65 en cada cheque de pago y te pagan cada dos semanas, ¿cómo se verían esos ahorros en una cuenta de ahorros básica dentro de 5 años en lugar de en el piso de un armario? $65 x 26 cheques de pago x 5 años = $8,450 más cualquier interés. Por lo tanto, un artículo más grande que parece fuera de tu alcance puede ser alcanzable con un poco de autodisciplina.
La solución: Cuando te enfrentes a una decisión de gastar, haz una comparación entre iguales.
Un artículo de $50 representa más que las ganancias de un cuarto de día para alguien que gana $65,000. ¿Tanto vale esa cena o ese aparato?
Problema 4: Es difícil hacer seguimiento
Muchas personas no son conscientes de cuánto dinero gastan cada día, y el dinero se esfuma sin que nadie se dé cuenta. Para determinar cuánto gastas, lleva un registro de lo que gastas durante 30 días, luego clasifica cada transacción. Hacer seguimiento de tus gastos puede ayudarte a establecer nuevas prioridades sobre dónde debes gastar realmente el dinero.
Ahorrar se considera a menudo un sacrificio. Sin embargo, si empiezas a ahorrar dinero y ves que el saldo comienza a crecer, puede resultar más gratificante. Hay maneras sutiles de ajustar los gastos para ayudar a aumentar tus ahorros al hacer pequeños ajustes.
La solución: Utiliza un software de seguimiento de dinero durante un mes para ver a dónde va a parar tu dinero.
Si los artículos y categorías en tu lista te brindan poco placer o valor, redirige ese gasto al ahorro.
Decisiones emocionales
Aquí hay algunas preguntas para ayudarte a determinar si estás tomando una decisión financiera emocional.
- ¿Me produce placer?
Para algunas personas las compras, como los zapatos, son un verdadero placer. Para otras puede ser un reloj, una corbata o una comida exquisita en el mejor restaurante de la ciudad. Clasifica tus compras en una escala de 1 a 5, siendo 5 la más agradable. Si descubres que la mayoría de tus compras tienen poca importancia y no te aportan mucha satisfacción, es hora de pensárselo dos veces antes de gastar. Esto no solo hace que tu gasto tenga más sentido, sino que también puedes acabar ahorrando dinero. - ¿Qué saco con esa compra?
No hay nada malo en comprar un boleto de la lotería de vez en cuando, pero entiende que tus oportunidades de ganar el premio gordo son extremadamente bajas (1 en 292 millones). Sin embargo, las personas todavía creen que podrían ser una de las pocas afortunadas porque ven ejemplos de la vida real de personas que han ganado. Les prestan demasiada atención a eventos de baja probabilidad, como ganar la lotería. - ¿Qué efecto tendría esperar?
Aunque no ganes mucho dinero, no hay sustituto para el tiempo, que puedes tener en abundancia cuando eres joven. Es difícil exagerar lo importante que es comenzar a ahorrar a una edad temprana, e incluso enseñar a los niños a ahorrar. A medida que uno envejece, la vida se complica financieramente y resulta más cara y no hay forma de saber cuánto dinero puedes dedicar al ahorro. Las pequeñas cantidades ahorradas e invertidas hoy pueden generar grandes dividendos en el futuro.