Cómo preparar y proteger tu embarcación durante un huracán
Antes de que azote la temporada de huracanes, elabora un plan de evacuación, y no te olvides de hacer un plan para embarcaciones.

La temporada de huracanes dura tradicionalmente de junio a noviembre, siendo agosto y septiembre los meses con mayor tendencia a presentar estas tormentas violentas. Y ante la posibilidad de que se produzcan vientos fuertes, marejadas, altas mareas, alto oleaje y más de dos o tres pulgadas de lluvia por hora, es absolutamente necesario planificar con anticipación. El Centro Nacional de Huracanes te puede ayudar a mantenerte al tanto en cuanto a todos los eventos meteorológicos relacionados con huracanes o tormentas tropicales.
Una vez que estés seguro de que tu familia y vivienda están fuera de peligro, enfócate en asegurarte de que tu embarcación esté preparada para la tormenta.
Preparar tu embarcación antes del huracán
Prepara tu embarcación para la temporada de huracanes con suficiente anticipación. El Servicio Meteorológico Nacional insta a los propietarios de embarcaciones a prepararse con tiempo. Una vez que se haya emitido el aviso de huracán, será demasiado tarde para trabajar de forma segura en el muelle. Comienza con una lista escrita y detallada que incluya:
- Un plan de evacuación. Tu plan de evacuación debería incluir quitar todos los elementos desmontables, tales como lonas, velas, botes salvavidas, radios, cojines y otros equipos. Si tu embarcación está atracada en un puerto deportivo, habla con el operador para que no haya preguntas ni confusión a la hora de amarrar o sacar tu embarcación del agua.
- Simulacros de evacuación de la embarcación. Practica los simulacros con frecuencia para ayudar a evitar el pánico en caso de que azote un huracán de manera inesperada.
- Almacenamiento de suministros de emergencia. Abastécete de suministros con antelación para evitar la escasez que suele ocurrir cuando se anuncia una alerta de huracán. Asegúrate de incluir suficiente comida y agua para tres días, una linterna, pilas, medicamentos y demás suministros de primeros auxilios, y algo de dinero en efectivo.
- Cargar la radio de tu embarcación. Siempre recarga la radio antes de zarpar para que puedas recibir los boletines meteorológicos de última hora.
- Proteger documentos esenciales. Mantén en una caja fuerte o lugar seguro en tierra firme, las pólizas de seguro de embarcaciones, fotos de tu embarcación, documentación de registro, inventario de equipos, números telefónicos de contacto y demás documentos esenciales.
Cuando un huracán es inminente
Con el sistema global de rastreo meteorológico, se te alertará generalmente con 12 a 24 horas de anticipación antes de un huracán. Comienza a implementar tu plan tan pronto como sea posible en cuanto te enteres de una tormenta. Pero recuerda seguir todo aviso de evacuación que se emita.
- Prepara la embarcación. Apaga el sistema eléctrico de la embarcación y quítale la batería. Retira equipos desmontables (todo aquello que no sea parte permanente de la embarcación) para evitar que se rompan. Amarra bien todo lo que no se pueda quitar, como las cañas del timón, ruedas y botavaras. Envuelve con cubierta protectora todos los lugares en donde las sogas estén en contacto con la embarcación para evitar raspaduras. Sella todas las ventanas, puertas y compuertas, y asegúrate de cerrar los conductos de combustible de tu embarcación. Pon defensas adicionales para proteger los costados de la embarcación evitando así que golpee contra el embarcadero.
- Si tienes planeado mantener tu embarcación en el agua, asegúrala con al menos dos anclas y posiciona la proa de la embarcación en la dirección de los vientos dominantes. Asegúrate de que las líneas de anclaje tengan una profundidad 10 veces superior a la del agua en el lugar de amarre a fin de poder contrarrestar los efectos de la marejada. Cubre los conductos de ventilación del cuarto de máquinas y conecta los tubos de escape de la popa para evitar que el agua inunde tu motor.
- En tierra firme, para las embarcaciones ligeras y pequeñas, lo mejor es remolcar la embarcación lo más adentro posible. Amarra bien la embarcación al remolque, pon bloques de seguridad alrededor de las ruedas y desinfla las llantas para evitar que el remolque se mueva. Para las embarcaciones más grandes, amarra la embarcación al soporte de almacenamiento utilizando varias cuerdas pesadas. Dependiendo del peso de la embarcación, considera bombear agua a la sentina para mantener la embarcación fija en su lugar. Nunca dejes la embarcación en los pescantes o en un elevador hidráulico.
Revisa anualmente tu póliza de seguro de embarcaciones
Un huracán puede ser una experiencia aterradora, pero con la preparación adecuada puedes ayudar a minimizar las pérdidas. Asegúrate de tener suficiente seguro de embarcaciones, ya que puede ayudar a protegerte de muchos de los riesgos de operar y ser propietario de una embarcación. Para más información, ponte en contacto con tu agente local de seguros.
Qué hacer después de un huracán
Tu embarcación puede sufrir daños aun cuando tomes las debidas precauciones antes de un huracán. Es importante que compruebes el estado de tu embarcación cuando haya pasado la tormenta, pero debes tomar precauciones. Las tormentas potentes pueden derribar cables eléctricos, hacer que las carreteras se vuelvan peligrosas y esparcir escombros peligrosos por doquier. Cuando las autoridades locales den por seguro que puedes dirigirte a tu embarcación, mantente alerta ante fugas de combustible, tablas faltantes en el muelle, desbordamiento de aguas residuales y otros peligros.
Cuando vayas a inspeccionar tu embarcación por primera vez, ponte botas y guantes resistentes y lleva contigo algunas herramientas básicas como:
- cinta de aislamiento
- cámara
- cuerdas adicionales
- bolsas de basura
- equipo de limpieza y
- rociador anticorrosión
Si tu embarcación no está hundida o varada, tu primer objetivo debería ser quitar toda la sal, barro y humedad que puedas. Después podrás deshacerte de cualquier escombro que pueda haber en las sentinas y las bombas. Puede usarse cinta adhesiva resistente para asegurar temporalmente los aparejos o barandillas rotos, así como para sellar grietas y agujeros. También es importante comprobar el nivel de agua en la sentina para ver si ha habido daños por inmersión y comprobar el funcionamiento de los sistemas de combustible de la cocina y del motor a fin de detectar daños.
Si tu embarcación está hundida, varada o necesita ser rescatada, comunícate con tu agente de seguros para que te oriente sobre cómo proceder. Rescatar una embarcación es difícil y es mejor dejarlo en manos de profesionales.
Después de la tormenta, tu embarcación no es lo único que deberías revisar; sigue leyendo para ayudar a evitar daños adicionales a tu propiedad después de un huracán.