Las cifras son abrumadoras: Según los cálculos de algunos, un niño o una niña que hoy día sea bebé a la larga puede terminar pagando más de $500,000 para obtener una licenciatura en una universidad privada. Y como la mayoría de los padres ahorra únicamente una fracción de esa cantidad (un promedio de $18,000, según el prestamista Sallie Mae), tal vez sea de extrañar que alguien aconseje en contra de ahorrar demasiado para ayudar con la matrícula universitaria. Pero piénsalo bien antes de meterte en un abismo financiero ahorrando para la universidad; en lugar de eso, sigue los consejos a continuación.
Sé consistente. Determina una cantidad mensual que puedas pagar y destínala a una cuenta de ahorros universitarios con beneficios fiscales, tal como un plan 529. Hazlo de manera constante; esto es el principio más importante para ahorrar dinero. Ahorrar algo — cualquier cosa, realmente — resultará en una acumulación de esa cosa con el paso del tiempo. Una regla general que algunas familias utilizan es la regla de los dos mil: Trata de tener $2,000 ahorrados por cada año de edad que tenga un niño ($36,000 al cumplir los 18) para cubrir alrededor de la mitad del costo de una universidad pública de cuatro años.
Habla con tus hijos sobre el Retorno Sobre la Inversión (ROI, por sus siglas en inglés) de estudiar en una universidad. No todas las profesiones tienen el mismo potencial de ingresos y no todos los títulos universitarios son creados iguales. Ya sea que ahorres para el costo del título universitario con antelación o que obtengas préstamos, si éste es demasiado caro, desde el punto de vista financiero será imprudente pagarlo. Un título técnico de una universidad pública prestigiosa, que posiblemente requiera estudios de posgrado, puede ofrecer un ROI considerable, lo cual significa que la inversión de años adicionales ofrece un rendimiento considerable. Júntate con tu hijo o hija que vaya a estudiar en la universidad para investigar sobre lo que pueden esperar ganar los graduados que hayan obtenido títulos académicos similares, de instituciones similares, a las que él o ella esté considerando.
No te olvides de que hay otras fuentes de fondos. La verdad es que, pocas familias pagan el costo total de la universidad, particularmente si en ellas hay un alumno que haya tenido algo de éxito en los estudios o son elegibles para algún tipo de ayuda financiera. Mientras los padres tratan de determinar cómo alcanzarán pagar los estudios universitarios, es importante que sepan que es posible que los estudiantes reciban algún tipo de subvención basada en sus necesidades, beca por méritos, beca tipo "fellowship", ayuda de trabajo-estudio o una combinación de los anteriores. La Oficina de Ayuda Federal para Estudiantes del Departamento de Educación de los Estados Unidos y Sallie Mae son buenos lugares para empezar. Y también busca subvenciones universitarias en el estado en que vivas. A fin de cuentas, tal vez sea una buena idea que urjas a tu hijo o hija, el futuro estudiante, a aceptar la responsabilidad de una parte de su educación —incluso si tiene que obtener un préstamo— de modo que aborde la experiencia con la seriedad que merece.