Ya sea un perro, gato, pájaro o incluso un conejillo de indias, mantener una nueva mascota fuera de peligro en el hogar puede parecer ser menos importante ante toda la emoción de haberla adoptado. Pero amar a una nueva adición a la familia significa más que darles de comer y mucha atención. Según aumenta el número de personas que tienen animales —de acuerdo con el Instituto de Información de Seguros, el 68% de los hogares en los Estados Unidos ahora tienen mascotas— la seguridad de las mascotas es cada vez más importante para más de nosotros. Prueba estos consejos para comenzar.
Primero concéntrate en los espacios habitables
¿En dónde pasará la mayoría del tiempo tu nueva mascota? Probablemente en las mismas habitaciones en las que estés tú. Mira todo desde la perspectiva de una mascota: por ejemplo, artículos domésticos no peligrosos — desodorantes ambientales, cristalería, plantas de interior y piezas de juegos de mesa— pueden significar un riesgo para las mascotas. Mantén los lugares para almacenar cosas cerrados con cerraduras de gabinete a prueba de niños y comprueba que las plantas son seguras para gatos, perros y cualquier otro animal que pueda andar libremente por la casa.
Inspecciona el baño
Mantén los inodoros cerrados con pestillos para proteger los pájaros, perros, gatos y otros animales contra la posibilidad de que se ahoguen o envenenen. También limita los productos de limpieza o de belleza que guardes sin seguro debajo del fregadero o encima del tocador: pueden ser dañinos si se ingieren.
Revisa la cocina
Los gatos y los pájaros pueden alcanzar la comida fácilmente, incluso en las repisas más altas, así que estate atento por si hay peligros de asfixia. Cierra las bolsas de refrigerios que estén abiertas, poniéndolas en contenedores para el almacenamiento de alimentos; asegúrate de que las tapas cierren firmemente y cierra las puertas de los gabinetes para que no escarben en ellos. (Instala cerraduras de gabinete a prueba de niños según sea necesario.) Además, trata de mantener los mostradores y los fregaderos libres de platos sucios o de comida, los cuales también pueden atraer a las mascotas.
Fíjate en los espacios personales
No se deberían pasar por alto los dormitorios, la oficina o el cuarto de lavandería. Ordena cualquier ropa, zapatos o accesorios que almacenes fuera de un armario. Haz un repaso rápido a diario para limitar el número de chucherías y artículos de lavandería regados por la casa: presentan peligro de asfixia o daño a los intestinos.
Entérate de lo que necesita tu mascota
Parte de tener una mascota es anticipar los percances que tu perro, gato u otro animal pueda llegar a tener con las cosas que tengas en el hogar. Y esos peligros pueden cambiar de una temporada para otra, como cuando necesitas modificar el árbol de Navidad para que sea a prueba de gatos. Reduce los inconvenientes lo mejor que puedas, con protección para los muebles, tapetes y más. Si reduces los daños, reducirás las reparaciones necesarias y también mantendrás tu hogar o vivienda de alquiler en mejor estado.