¿Qué es la contaminación del aire en interiores y cómo combatirla?
La calidad del aire en interiores puede llegar a ser peor que la del aire libre. Aprende sobre los tipos de contaminación y qué puedes hacer para mejorarla.

Según la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), los americanos pasan la mayoría de su tiempo adentro, donde los niveles de contaminación pueden ser de dos a cinco veces mayores que los niveles en el exterior. Así que la calidad del aire en interiores es una preocupación de salud pública.
Tipos de contaminantes del aire en interiores
Los contaminantes en interiores se pueden agrupar en tres categorías diferentes: gaseosos, particulados y biológicos. Cada categoría tiene sus propios riesgos. Esto son algunos de los tipos de contaminantes del aire más importantes que típicamente se encuentran en interiores.
1. Contaminantes gaseosos
Cuando los contaminantes están en estado gaseoso producen peligrosos efectos secundarios. Las dolencias leves pueden incluir dolores de cabeza e irritación en los ojos. Pero los contaminantes también pueden desencadenar consecuencias mucho más graves, tales como el cáncer e incluso la muerte. Entre los contaminantes gaseosos más preocupantes se incluyen:
- Compuestos orgánicos volátiles (VOC, por sus siglas en inglés) – Los materiales de construcción y otros artículos domésticos emiten estos químicos, tal como el formaldehído. Las fuentes comunes son las maderas, paneles de yeso, adhesivos, pintura, productos de limpieza, muebles e incluso aparatos electrónicos para el hogar.
- Gas radón – Se encuentra de manera natural en el suelo, y es responsable por 21,000 muertes debido al cáncer pulmonar cada año. Aprende más sobre las pruebas de gas radón en tu hogar.
- Monóxido de carbono – Un gas transparente e inodoro que se produce de manera natural y como el subproducto de la combustión creada por el hombre. Es importante monitorear y prevenir la exposición al gas monóxido de carbono.
2. Contaminantes particulados
Las partículas líquidas o sólidas ultra finas en el aire pueden penetrar profundamente en los pulmones. Están relacionadas con un mayor riesgo de alergias y ataques de asma. Los materiales particulados comunes son:
- Polen
- Polvo
- Ácaros
- Caspa animal
- Partículas diésel de tubo de escape que se infiltran desde fuera
- Humo de segunda mano
3. Contaminantes biológicos
Los contaminantes biológicos están casi siempre relacionados con la humedad o daños ocasionados por agua. La humedad, las fugas en las líneas de agua y las inundaciones son fuentes frecuentes. Pueden causar infecciones y empeorar alergias y asma y otros problemas de salud. Los contaminantes biológicos incluyen:
- Moho
- Manchas de humedad
- Bacterias (casi siempre en relación con los ocupantes)
- Virus (siempre en relación con los ocupantes)
Es importante reducir y controlar la humedad para mejorar la calidad del aire en interiores.
Pruebas de calidad del aire en interiores
Muchos contaminantes en partículas están a la vista, como el polvo, pero para detectar los otros tipos se necesita hacer pruebas. Presta atención a olores fétidos o humedad o irritaciones en los ojos, piel y vías respiratorias entre miembros de la familia. Los kits de prueba disponibles comercialmente pueden ayudarte a identificar problemas potenciales. Si sospechas que estás enfrentando un problema más serio, comunícate con un asesor ambiental o con tu departamento de salud local o estatal para obtener ayuda.
Cómo mejorar la calidad del aire en interiores
La contaminación del aire no se limita al exterior. La humedad, los olores, los gases, el polvo y un sinfín de otros irritantes pueden afectar también la calidad del aire en interiores. Prueba estos consejos para ventilar el aire de tu hogar y que tú y tu familia puedan respirar mejor.
- Abre las ventanas – La mayoría de los sistemas de calefacción y refrigeración hacen recircular el aire interior. Cuando el clima lo permita, dale un descanso a tu sistema y deja que entre el aire fresco. Abre las ventanas y coloca ventiladores estratégicamente para ayudar a que entre el aire fresco.
- Pon en marcha los extractores de aire – Enciende el extractor de la cocina para ventilar los contaminantes cuando cocines, y el extractor del baño para evitar el exceso de humedad que produce moho y los vapores peligrosos que emiten los productos de limpieza. Deja el extractor encendido unos 45 minutos.
- Utiliza tapetes – Ayudan a evitar la entrada de polvo y otros contaminantes del exterior. Debes tener dos tapetes de fibras naturales, uno para el interior y el otro para fuera de la entrada principal. Y no permitas que se usen zapatos en casa.
- Haz una prueba de radón – Los kits para pruebas que puedes realizar tú mismo están disponibles en línea y en tu ferretería local, y son económicos y fáciles de usar.
- No ocultes los olores – Las velas aromáticas y los aerosoles pueden irritar los pulmones. Encuentra la fuente del olor, elimínalo, luego ventila bien hasta que haya desaparecido.
- Usa un deshumidificador – Mantén la humedad por debajo del 50 por ciento para mantener a raya el crecimiento de moho. Limpia tu deshumidificador regularmente, para que no pase de ser un amigo reductor de humedad a convertirse en un enemigo generador de moho.
- Pasa la aspiradora regularmente – Reducirás la cantidad de polvo y otros contaminantes que quedan sueltos al caminar. Invierte en una aspiradora de calidad con un filtro para Partículas de Aire de Alta Eficiencia (HEPA, por sus siglas en inglés), especialmente bueno para atrapar hasta las más pequeñas partículas de polvo y suciedad.
- Hazlo afuera – Pintar, lijar, pegar — cualquier cosa que genere partículas, gases u otros contaminantes — debe hacerse afuera. Si es imposible hacerlo afuera, abre una ventana cercana y coloca un ventilador que extraiga el aire. Limpia rápidamente y bien después de terminar tu proyecto.
- Monitorea tu calidad de aire – Hay aparatos que pueden monitorear la temperatura y la humedad para ayudarte a entender cómo tu vivienda puede afectar tu salud.
- Cambia los filtros de aire – Asegúrate de que se cambie el filtro de tu caldera regularmente. Un filtro sucio puede hacer que tu caldera trabaje más de lo necesario e, inclusive, puede propagar contaminantes.
- Usa un sistema de filtración – Considera usar un sistema de filtración de aire de toda la vivienda o portátil para limpiar el aire adentro de tu vivienda.