Más que basura
Adolescentes de Florida convirtieron su promesa de limpiar las playas en una organización sin fines de lucro para ayudar a cambiar y mejorar su comunidad.
Los niños de la playa de Florida crecen nadando con peces tropicales y recogiendo conchas que el Atlántico arroja a sus pies. Tres de los adolescentes y preadolescentes del estado, Marina Barto, Jemma Curry y Emily Briceño no pudieron evitar notar los cambios en el océano. Miraron, consternadas, cómo el coral perdió su color, el departamento de salud cerró las playas y la vida marina se vio afectada por contaminación bacteriana.
En su escuela intermedia, estudiantes como Marina, Jemma y Emily pueden obtener créditos de secundaria en una clase llamada Diseño Experimental, enseñada por Stephanie Killingsworth. Su objetivo es examinar asuntos actuales y diseñar experimentos para ayudar a resolverlos. Mientras la clase de Diseño Experimental hacía una lluvia de ideas para su siguiente proyecto, la salud marina rápidamente surgió como un tema de interés popular.
A medida que el proyecto de la clase se fue consolidando, Jemma y Emily se convirtieron en sus líderes de facto. Nombraron su grupo Surface 71, haciendo referencia al porcentaje del planeta que está cubierto por agua.
Las estudiantes descubrieron en su investigación que la vida marina se encuentra en una batalla perdida contra el plástico y la basura. Los científicos estiman que hasta 12.7 millones de toneladas métricas de plástico entran a los océanos del mundo anualmente, matando un millón de aves marinas y un sinnúmero de ballenas, delfines, manatíes, focas, leones marinos, moluscos y tortugas marinas que los consumen o se enredan en ellos.
Uno de los primeros esfuerzos de Surface 71 fue reclutar estudiantes para apoyar la limpieza de las playas. Los participantes usaron guantes y recogedores para recoger todo, desde vasos de tiendas de conveniencia hasta suministros médicos. Surface 71 también ha ayudado a transformar la basura en obras de arte.
Para ayudar a recaudar dinero, las estudiantes inicialmente hicieron jabones líquidos para manos y jabones. Después se enteraron de Philanthropy Tank, una organización local que apoya a jóvenes en el servicio social, el activismo y el emprendimiento. Lanzaron su idea y fueron premiadas con una beca de $12,000, la cual usaron para instalar estaciones de recarga de agua en las escuelas públicas de Palm Beach County. Ahora, siete estaciones de recarga proporcionan agua fresca y filtrada en cuatro edificios.
El efecto dominó las guía cuando el problema se siente demasiado grande para asumirlo. Como muchos otros en su generación, Marina, Emily y Jemma se han enfocado en ese principio de asumir un problema que a menudo puede parecer demasiado grande para cambiar.
"Creo que muchos niños están preocupados acerca del futuro de nuestra Tierra, pero nadie siente que puede hacer algo al respecto", dice Emily. "Ellos piensan, ¡Oh!, soy solo yo. Soy solo una persona. Pero si 100 personas lo están diciendo, esas son 100 personas que quieren un cambio. Y si yo demuestro que me importa, más personas van a decir: 'Oye, no soy solamente yo. También puedo trabajar en lo que creo que es importante'".